Conclusión

El contexto mundial de la pandemia ha transformado las distintas dimensiones de nuestra vida. Y el mundo de la educación no se ha visto ajeno de estas grandes transformaciones. Ante el cambio y de cara al futuro tenemos varias opciones: seguir haciendo lo mismo, vivirlo como  pura pérdida o aprender de las grandes transformaciones que nuestra sociedad ha vivido fruto de esta crisis sanitaria. Todo esto me lleva a pensar que los que estamos en educación no podemos desentendernos de esta última opción y que esta crisis puede ayudarnos a fortalecer nuestro rol docente y a cambiar lo que hasta el momento no había funcionado tan bien.

En esto es muy importante que nosotros, como futuros docentes, nos preguntemos por los aprendizajes. Hoy se nos regala una oportunidad única de aprender a partir de lo vivido y formarnos para el futuro teniendo presente este gran desafío. Las principales transformaciones tienen que ver con la relación familia-escuela, la preocupación por la inteligencia emocional de nuestros estudiantes, por los que se van quedando al margen y por la formación humana. Si logramos hacernos cargo de estas transformaciones y aprender de ellas, el futuro de la educación tendrá muy buen pronóstico y esta crisis sanitaria que estamos viviendo se puede convertir en una gran oportunidad.

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